La edad no es excusa para rechazar un seguro de vida | UNIVISTA INSURANCE

La edad no es excusa para rechazar un seguro de vida

La edad no es excusa para rechazar un seguro de vida. Una de las excusas más socorridas para rechazar un contrato de seguro de vida es la edad. “Estoy muy joven para pensar en eso”, suelen decir aquellos que no superan los 30 años. La vida es larga, “quítame esa letra, no pienso morir por ahora”. Es como si hablar de seguro de vida fuera un tema inapropiado para quienes ven la vejez con catalejos.
De lado contrario, están quienes peinan canas, andan cerca de los 60 y piensan que ya tarde para adquirir un seguro, “con mi edad, me va a costar un ojo de la cara”.
Claro, la edad es uno de los factores que las aseguradoras tienen en cuenta para cotizar una póliza de seguro de vida, pero, no es lo único. En la fórmula para hallar el precio de la prima, además de los años, juegan su papel factores como el género, la salud, si es fumador, la ocupación o si practica algún deporte de riesgo. ¿Quién enfrenta más riesgo, el señor de 60 años que trabaja en una tienda de zapatos o en una óptica a dos cuadras de su casa o el joven de 22 que todos los fines de semana practica parapente, ciclismo de montaña o paracaidismo?
Tenga la edad que tenga el asegurado, el objetivo de tener un seguro de vida es garantizar un respaldo financiero a los familiares que le sobrevivan. Claro, un joven saludable puede garantizar, por ejemplo, que sus seres reciban un millón de dólares, pagando él una prima mensual de unos 35 dólares. Así como suena, depositas todos los meses 35 dólares y tus seres queridos recibirán un millón de dólares si falleces. ¡¡¡Wow!!!, ¿a que no suena tan mal?
Como eres joven y el riesgo de que mueras es ínfimo, las aseguradoras te ponen una póliza super barata para que te sea atractiva. Lo mejor es que ese contrato no se puede modificar y cuando tengas 80 años seguirás pagando 35 dólares al mes. No te pueden subir la prima. Si falleces siendo muy mayor, porque nadie nace para semilla, le pagarán un millón de dólares a tu hijo.
Pero quienes tengan 55 o 60 años y sean saludables, también pueden aspirar a adquirir un seguro de vida, cuyo beneficio sea de un millón de dólares. Un hombre sano, de 55 años, que por lo general, está en su esplendor laboral, podría permitirse dedicar 210 dólares mensuales para que, en caso de fallecer, su familia reciba un millón de dólares.
La conclusión que debemos sacar es muy sencilla: no somos ni muy joven ni muy viejos para rechazar un seguro de vida. Lo importante es tener en mente dos cosas: La vida es frágil y en nuestras manos está garantizar el bienestar financiero de nuestros seres queridos. Claro, si comienzas joven, pagarás una ridiculez por esa garantía. La edad no es excusa para rechazar un seguro de vida.

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