Si soy víctima de un infarto, ¿qué pasa con mis hijos? Febrero es el Mes de la Salud del Corazón en EEUU. Una dedicación que tiene como objetivo concienciarnos sobre el impacto de las enfermedades cardiovasculares en nuestras vidas y cómo prevenirlas. La realidad es que más de la mitad de la población estadounidense (51%) no sabe que padece del corazón, la principal causa de muerte del país, según un estudio encargado por la American Heart Association.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades señalan que cada año, unas 356.000 personas sufren un paro cardíaco y el 80% de ellas mueren antes de llegar al hospital. Otras 805.000 personas sufren un ataque al corazón, es decir, un infarto.
Lo más sorprendente es que cada 33 segundos muere una persona en el país de una enfermedad cardiovascular. En 2021, 695.000 estadounidenses murieron de una enfermedad cardiovascular.
Es decir, las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en EEUU en todos los grupos étnicos y sexos.
Aunque en nuestras manos está la posibilidad de llevar una vida sana y activa, alimentarnos bien, tomar la precaución de liberar estrés, cuidar el peso y chequear nuestra salud rutinariamente, existen múltiples factores que influyen en que podamos fallecer víctimas de una enfermedad cardiovascular.
Ante esa circunstancia incontrolable, lo mejor es prevenir los posibles daños colaterales que pueda causar nuestro fallecimiento repentino. Sobre todo, en nuestros seres queridos, cuyo bienestar depende financieramente de los ingresos generados por nosotros.
Afortunadamente, existe un salvavidas financiero llamado seguro de vida, que se encargaría de pagar los estudios de los hijos que nos sobrevivan, la hipoteca, los préstamos y garantizarles un bienestar sin sobresaltos.
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