No le pida peras al olmo, actualice su cobertura. Existen dueños de negocios que cumplen con la formalidad de tener seguro comercial, sin embargo, no han interiorizado en la importancia de contar con dicha protección. Una realidad que los debilita, los hace vulnerable y los convierte en víctimas de su errónea percepción.
Es decir, al percibir el seguro como una formalidad, como un requisito indispensable para cumplir con la ley, obvian su papel protector. Quienes así actúan crean una dinámica destructiva, ya que renuevan su contrato de forma automática, sin actualizarlo y cuando ocurre un accidente, el seguro no les sirve. Una realidad que lejos de hacerlos recapacitar, refuerza la creencia que supone que: “el seguro no sirve para nada. Es una pura formalidad para cumplir con la ley”.
Sin embargo, si un propietario de negocio quiere que su póliza cubra cualquier reclamo debe romper ese círculo vicioso basado en creencias erróneas y entender los beneficios de contar con un seguro comercial y la importancia de actualizarlo regularmente.
La realidad es que las empresas con el paso del tiempo se desarrollan y adquieren nuevas maquinarias, suman nuevos locales, almacenan más mercancías, aumentan su plantilla o diversifican sus productos. Este desarrollo expone al negocio a nuevos riesgos que solo estarían cubiertos si actualiza la cobertura de la póliza que protege al negocio.
Por ejemplo, imagine que su negocio se expandió muchísimo y un incendio le obliga a interrumpir la actividad económica, mientras repara y pone a punto su empresa. Si no había actualizado la cobertura, la compensación de la póliza de interrupción del negocio será insuficiente para cubrir las pérdidas inherentes al cese forzoso durante dos o tres semanas. Entonces, los costes de salario, alquiler, devolución del préstamo y daños de reconstrucción deberán salir de su bolsillo.
El seguro comercial no es una formalidad, es un importante instrumento financiero que debe tener cualquier empresa responsable para proteger sus activos. Pero solo es útil en la medida que refleje la realidad del negocio a proteger. No le pida peras al olmo, actualice su cobertura.
No le pida peras al olmo, actualice su cobertura
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